Carta del Gran Abuelo de los Indios Hopi en 1920

«No basta con que el hombre sea feliz en su carne, sino que debe ser feliz en su espíritu. Porque sin felicidad y fuerza espiritual la vida es engañosa. Sin buscar las cosas del espíritu, la vida se vive a medias y está vacía. Por vida espiritual no quiero decir el apartarse una hora de un día para estar en adoración ](meditación, rezos), sino buscar las cosas del espíritu cada hora de cada día. Les pregunto: Qué hizo esta gente para encontrar iluminación y fuerza espiritual ? Sólo se dedicaron a una vida que tenía poco más que trabajar? Se les dio la oportunidad cada día de sus vidas – tal como a Uds. les será dada la elección de buscar la fuerza del espíritu o resignarse a una vida de trabajo sin significado. El resultado es siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados, de olvidadas gentes. No es importante lo que alguien recuerde, sino alcanzar a Dios y sostener una posición positiva del Espíritu Que Mueve Todas Las Cosas, trayendo la conciencia del hombre más cerca del Creador

No basta con buscar las cosas del espíritu a un nivel personal. Es egoísta hacerlo así, y quienes buscan lo espiritual sólo para sí mismos no están buscando cambiar al espíritu que se mueve a través de los corazones de los hombres. Ellos están escapando, eludiendo su responsabilidad y usando su conocimiento para su propia glorificación. Un hombre espiritual debe trabajar por un principio, por una causa, por una búsqueda mucho mayor que la glorificación de sí mismo, para cambiar el espíritu que dirige a los hombres hacia su destrucción.

Intentar vivir una vida espiritual en la sociedad moderna es el camino mas difícil que se puede recorrer. Es un camino de dolor, aislación y pruebas de fe. Pero es el único camino que puede hacer nuestra Visión una realidad. La verdadera búsqueda en la vida, es vivir la Sabiduría de la Tierra dentro de los confines del hombre. No hay iglesia ni templo que necesitemos para encontrar la paz, porque nuestros templos están en la naturaleza. No hay líderes espirituales, porque nuestros corazones y el Creador son nuestros únicos líderes. Nuestro número es reducido, porque pocos hablan nuestro lenguaje o comprenden las cosas que vivimos. Así, recorrimos solos nuestros caminos, porque cada Visión, cada búsqueda, es única para cada individuo. Pero debemos caminar en la sociedad o nuestra Visión morirá. Porque un hombre que no vive su Visión, está viviendo su muerte.»

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Visita del científico judío Albert Einstein a la comunidad indígena HOPI, en Norteamérica, no debe tomarse como un simple y simpático viaje de placer turístico. Los Indios Hopi, conocedores de insondables misterios astronómicos, leyes cósmicas y complejos problemas vinculados con la Luz y el Tiempo, de cierto que fueron una valiosa fuente para que Einstein cotejara muchos datos suyos con los que desde hacía ya muchos siglos poseían estas civilizaciones en proceso de extinción. La visita fue realizada en 1931, fecha para la que todavía quedaban muchos cabos sueltos en la construcción del rompecabezas de la Bomba Atómica