El cuerpo no tiene capacidad creativa, no puede crear ningún tipo de enfermedad o síntoma, simplemente responde a una orden emitida por nuestro cerebro que, a su vez la recibe de nuestro inconsciente cuya misión es salvarnos la vida; salvando las distancias y por citar una comparación: esto explica por qué nunca sabemos a ciencia cierta cómo reaccionaremos ante una situación límite pues en ese momento no es nuestro ego o racionalización quien toma las riendas de la situación, sino que es el inconsciente quien asume el control.
Cada síntoma o enfermedad es el reflejo de un conflicto irresuelto que puede haber sucedido en nuestra etapa cronológica, la etapa del proyecto sentido (momento desde la concepción hasta los 3 años de vida) o provenir de nuestro transgeneracional o árbol genealógico (las famosas herencias).
La medicina tradicional ha encontrado solución a muchísimos «efectos» con excelentes resultados utilizando medicamentos, cirugías, etc; pero no se ocupa de llegar a la «fuente» que originó el síntoma o enfermedad pues si el conflicto del inconsciente no se resuelve, el síntoma o enfermedad volverá a aparecer tarde o temprano o, incluso, aparecerá otro con el fin de hacernos tomar conciencia y sanar.
Cuando sanes tu mente, tu cuerpo simplemente te seguirá.
La medicina tradicional ha encontrado solución a muchísimos «efectos» con excelentes resultados utilizando medicamentos, cirugías, etc; pero no se ocupa de llegar a la «fuente» que originó el síntoma o enfermedad pues si el conflicto del inconsciente no se resuelve, el síntoma o enfermedad volverá a aparecer tarde o temprano o, incluso, aparecerá otro con el fin de hacernos tomar conciencia y sanar.
Cuando sanes tu mente, tu cuerpo simplemente te seguirá.
